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domingo, 22 de septiembre de 2013

¿Quién es más inteligente?

El estudio sobre la inteligencia, cuál es el grado en qué se encuentra y cómo se puede cuantificar ha sido siempre motivo y cuestión de quebraderos de cabeza de no pocos estudiosos de la materia.

En mi opinión, el estudio que ha dado con la clave que puede explicar la inteligencia humana es el desarrollado por Gardner, la teoría de las Inteligencias Múltiples.
Esta teoría se puede explicar de una manera sencilla y simple: el ingeniero no es más inteligente que el poeta; el médico no es más inteligente que el obrero; el psicólogo no es más inteligente que el maestro.

Según la teoría de las Inteligencias Múltiples, el ser humano cuenta con 7 tipos o vertientes de intelecto que radican y se unen para formar uno solo. Los siete tipos de inteligencia  de la teoría de Gardner son: el lingüístico, el lógico-matemático, el cinestésico-corporal, la musical, la espacial, la interpersonal y la intrapersonal.

Claro está que el mayor o menor desarrollo de cada una de estas vertientes determinará la configuración final y global del intelecto de una persona. Además, según Gardner, la mayor o menor preminencia de cada una de las inteligencias viene determinada de manera muy prematura; posiblemente por experiencias en la infancia o en los primeros años de vida.

Podemos relacionar esta teoría con dos conceptos claros de desarrollo:
El primero es la determinación de una posible vocación, o mejor dicho, inclinación o preferencia de vida desde que somos unos pequeños y tiernos infantes.  El oído musical, la expresión oral o escrita, la mayor o menor comprensión de las fórmulas matemáticas, tiene un pequeño pero real componente invariable.  Las capacidades vienen determinadas entonces por el desarrollo o la “explotación” que hagamos de ese “don”.  Ni que decir tiene un profesor debe intentar cubrir toda la variedad de inteligencias, dando por tanto la misma preeminencia y empeño al trabajo en ciencias y matemáticas que al trabajo en música y artes.

Y de este dato se desprende la segunda reflexión en torno a esta teoría: ¿está nuestro sistema educativo preparado para el desarrollo de estas 7 inteligencias? Cualquier  español tiene la respuesta y la tiene sin dudar. No lo está. El actual sistema escolar está preparado para formar humanos matemáticos y lingüistas, que deberían conocer indudablemente toda la tabla periódica y los autores de la generación del 27… pero que no tienen por qué haber desarrollado la expresión artística, o que asisten a clases en las cuales la Educación Física desaparece en los bachilleratos, porque hay que dedicar más tiempo a estudiar materias “importantes”.  Los alumnos  distintos, alternativos, interesados en la música, artes y otro tipo de variantes menos… comunes, deben acudir fuera de su colegio  o instituto para formarse, invirtiendo tiempo extra, esfuerzo y evidentemente dinero. Y ni hablamos ya del desarrollo de las dos últimas inteligencias, las denominadas sociales (intrapersonal e interpersonal); desarrollo prácticamente fuera del sistema educativo… retomaremos este tema que es extenso y se merece más que unas líneas de esta entrada.


El problema tal vez deriva de la concepción de la sociedad actual. El sistema educativo es mero reflejo de la estructura social de un país. Está claro qué es lo más valorado en España, qué tiene más prestigio social o incluso qué tiene más sueldo, qué carreras tienen más salidas, y qué profesión nos gustaría a todos los padres y madres para nuestro hijo. 

No perdamos de vista que ahora la clave para sobrevivir es la diversificación y la especialización… ¿estaremos cometiendo un error con nuestras futuras generaciones? ¿Estaremos coartando el desarrollo de nuestros niños y niñas impidiendo crecer su inteligencia y potencial?

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Hasta de la más profunda oscuridad sale siempre un fogonazo...

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