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miércoles, 27 de abril de 2016

Evaluando y ser evaluado



El proyecto de los chefs tenía además una peculiaridad. No  era el profesor el que evaluaba mi trabajo, sino que con mis propios compañeros desarrollábamos la evaluación. Tres compañeros me evaluaban a mí y yo evaluaba sus proyectos también, mediante cuestiones cuantitativas y también cualitativas. 

He de decir que no es tarea fácil evaluar estos proyectos, leértelos con atención y calma y dándole a cada uno la importancia que tiene. Y además hay que poner especial ojo en los ítems a evaluar. Cuando evaluas a un compañero lo haces con sumo cuidado. Puedes ver errores, cosas que cambiarías, pero jamás quieres otra cosa que no sea ayudar, mejorar, siendo honesto pero justo. Ha sido algo curioso ponerse en la piel de ellos, porque todos nos evaluábamos a todos y eso te hace pensar en cómo quieres decir las cosas, en qué te vas a centrar, qué te gustaría que te dijeran en tu propia evaluación.

También es muy útil cuando eres consciente de los errores de los compañeros que igualmente tu has cometido, eso sí que es útil y significativo, porque te ayuda de cara a poder enfocarlo de otra manera en los siguientes proyectos.

En mi opinión, ha sido una actividad ambiciosa, que ha requerido trabajo y esfuerzo, pero que me ha enseñado mucho de cómo poder organizar ideas y hacerlo además de una manera realista, aplicable y sin olvidar la esencia de lo que estamos trabajando.

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Hasta de la más profunda oscuridad sale siempre un fogonazo...

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